Capítulo 10


Miércoles, 3 de agosto
Querido diario:
Soy Justin. Sé que lo más probable es que Richard se enfade conmigo por haber cogido su diario, pero es que necesitaba algo sobre lo que escribir. Además, si también lo utiliza Zoey, ¿qué problema habrá en que lo haga yo? No creo que liarse con él sea un requisito para poder escribir en este diario, o al menos eso espero.
Soy consciente de que mucha gente pensará en un niño de doce años como un crío ignorante, incapaz de tomar decisiones y valerse por sí mismo. Pero no es así. Al menos, no en mi caso.
Tal vez sea por haber estado semanas viviendo sólo en una gasolinera en medio de la nada, pero... pero creo que soy totalmente capaz de enfrentarme a la vida yo solito. Mis padres me enseñaron a hacerlo.
Huimos de nuestro hogar en Chicago junto con un grupo de supervivientes. Pero un día unos asaltantes nos pillaron por sorpresa, y como buenos supervivientes cada uno salió por su cuenta sin preocuparse por los demás, y cometimos el error de hacer esto último. Es por eso que soy ahora el único vivo en mi familia, y es por ello que no me fiara en un principio de Richard y Zoey.
Pero ellos son diferentes, ellos dos junto a Milla y a mí formamos una especie de grupo distinto de supervivientes, con la clara diferencia de que todos nos preocupamos por todos. Y saber esto me ha ayudado a empezar a superar algo que en su día creí mejor ignorar, y es que mis padres ya no están y que esta es mi nueva vida. 
Son las ocho y cuarto de la tarde. En estos momentos sobrevolamos, según tengo entendido, la parte oeste del estado de Iowa. El plan, en principio, está en parar a descansar esta noche en algún lugar poco poblado, y seguir mañana hacia Nueva York vía Toronto (también conocida como Raccoon City, según Richard). A unos doscientos kilómetros al sudeste de Racc..., quiero decir, Toronto, pasaremos una última noche antes de llegar a la ciudad que nunca duerme. Está planeado que lleguemos allí poco después del mediodía del viernes.
Richard y Zoey están dormidos. Milla es la única que siempre está despierta, y no hace falta ser demasiado inteligente para saber por qué.
Quiere encontrar a su hija, y a su marido. Quiere reunirse de nuevo con su familia. Ah, y se me olvidaba la otra razón, también de bastante importancia: es la única que sabe pilotar una avioneta, lo cual resulta bastante más fácil cuando estás despierto.
Al principio pensaba que Milla era la única que tenía esa suerte, la de tener una familia por la que preocuparse. Pero mirando a Zoey y a Richard, y más tarde a Milla de nuevo... Es entonces cuando me doy cuenta. Ellos son mi familia ahora.
Zoey, Richard y yo perdimos lo que más queríamos en este apocalipsis de mierda, pero, en medio de todo este caos, nos encontramos. Como en su día dijo Columbus en "Bienvenidos a Zombieland":
"¿Esa cara? Soy yo descubriendo que esas chicas tan listas del enorme todoterreno negro y ese grandullón de la chaqueta de piel de serpiente eran lo más parecido a algo que siempre he deseado. Una familia. Yo confiaba en ellos y ellos confiaban en mí. Tallahassee consiguió su twinkie, y aunque la vida no volvería a ser sencilla ni inocente, mientras él saboreaba ese esponjoso bizcochito de crema, teníamos esperanza. Nos teníamos unos a otros. Y si no tienes a otras personas... Bueno, más te valdría ser un zombi".
Como supervivientes que somos, tan sólo nos tenemos los unos a los otros, y el haber pasado por tanto con ellos me hace todavía más consciente de ello.
Tal vez sea uno de mis estúpidos e inútiles arranques de optimismo, pero en ocasiones imagino cómo sería todo en el momento en que encontráramos esa ciudad a la que supuestamente nos dirigimos.
La verdad es que tengo algunas agujetas de la huida de ayer, y estoy bastante cansado, así que creo que lo mejor será que eche un sueñecito. Hasta la próxima.



                             
________________________________________________________________

Querido diario:

Mañana llegaremos a Nueva York. Esta noche la pasaremos a unos pocos kilómetros de las afueras de Toronto. Hace poco que ha anochecido, y a pesar de la poca luminosidad de la luna en su fase actual se puede divisar, allá a lo lejos, una de las torres más altas del mundo, mucho más que la de Vancouver, la CN Tower de Toronto. Aunque se hace bastante raro verla de noche, y totalmente a oscuras.

En los últimos años, antes de que todo esto ocurriera, solía pasar mucho tiempo en la ciudad, principalmente rodando gran parte de la saga por la que tan famosa me hice en tiempos anteriores, "Resident Evil", una película en la que Alice, la protagonista a la que yo interpretaba, intentaba sobrevivir a un apocalipsis zombi junto a grupo de supervivientes. Irónico, ¿no?

La verdad es que parece mentira que el mundo haya cambiado tanto, en tan poco tiempo. No es que antes fuera precisamente un paraíso, pero ahora...

Llevo días sin dormir, y creo que esta noche debería hacerlo un poco.  Sé que parece tonto, pero es que es la única esperanza que tengo. Si alcanzáramos esa ciudad de supervivientes, si los encontráramos y pudieran prestarme algo de ayuda para mi encontrar a mi familia...

Sigo sin tener ni idea de dónde están, pero al menos ahora tengo alguna pista que seguir, y a  alguien para ayudarme en ello. No sé si habría soportado un día más allí plantada en Vancouver, sin saber a dónde ir, ni qué hacer.

Soy poco realista, lo admito, pero ojalá que estén bien. Como les haya pasado algo...

No, debo expulsar de mi mente esos sentimientos, y pensar que allá donde estén se encontrarán a salvo y esperando reunirse de nuevo conmigo. Así  es como debería ser.

Sé que la ira no es demasiado buena, pero una cosa es segura. Quien se los haya llevado... No conoce el poder de una madre preocupada y cabreada al mismo tiempo.

- Fin del turno, Milla-me dice Richard-. Me toca vigilar a mí.

Asiento y sonrío, mientras me preparo a echar el primer sueñecito en días.

La verdad es que me gusta, esto de escribir en un diario... En cuanto estemos todos a salvo, empezaré el mío propio. Y he reparado en que Richard no me ha dicho nada por escribir en el suyo... Supongo que el  hecho de que él sea mi fan número uno me da algún que otro privilegio.

Cierro los ojos, y me digo a mí misma para tranquilizarme que todo saldrá bien, que recuperaré a mi familia y viviremos en esa ciudad todos juntos, junto con Richard, Zoey y Justin.

Todo saldrá bien.

Hasta la próxima,

Milla

No hay comentarios:

Publicar un comentario